sábado, 16 de noviembre de 2013

Nota de la autora

Hoy me voy a poner seria y voy a dejar a un lado sentimientos, emociones, y blablabla. Hoy emito un comunicado. La idea no es mía, es de la escritora Lucía Etxebarria, que tras perder el trabajo de columnista en La Vanguardia expuso su situación. Unos la encontraron ridícula y victimista, porque mencionaba el dinero que le costaba su asistenta. Otros empatizaron con ella y la animaron a no desfallecer. Su comunicado está publicado aquí.

Así que, aunque sé que no soy Lucía Etxebarria, es posible que el siguiente discurso suscite opiniones encontradas, como el de la premio Planeta. Allá voy:

Mi situación empieza a ser extrema. Económicamente hablando. En el plano emocional estoy tranquila y eso ayuda a no creerme una mártir. Me queda exactamente una cifra de dos dígitos en la cuenta corriente. Me diréis que no me hubiera gastado 100 en un viaje interior a Oviedo, y tendréis razón. Pero de ese viaje surgió la necesaria decisión de que no podía estar quieta viéndolas venir y no podia continuar confundiendo sentimientos, el amor con el agradecimiento concretamente. A veces hay que encontrar la soledad lejos de tu entorno para tener una visión más objetiva de las cosas. La decisión cómoda era la de seguir igual, como si no pasara nada. Pero sé que al final, todo se iría al traste. He de decir que la persona con la que convivo es tan bondadosa y generosa que sigue permitiendo que tenga un techo en el que cobijarme y algo que echarme a la boca. Pero esta situación no puede continuar por mucho tiempo. Porque él necesita su espacio.

Mis proyectos no avanzan demasiado y he pensado en nuevas alternativas, espero que fructíferas. Son mi válvula de escape y de salvación. Al menos lo habré intentado. Además, sigo intentando trabajar en puestos que nada tienen que ver con mi sector, e incluso he pensado en hacerme chica de compañía (permitidme la licencia sarcástica).

Todo esto no es para generar una oleada de lástima. Solo quería exponer la situación por la que algunos atravesamos. No es cómodo de leer y menos de escribir. No es fácil explicar a los que te quieren que estás en una situación límite. Solo pido que si sabéis de algo que me pueda generar ingresos, ni que sean mínimos, me lo digáis.

Etxebarria terminaba su comunicado diciendo que le avergonzaba ser española (porque la piratería está implícitamente permitida y eso repercute en sus mengüantes ingresos y etc). Yo no me avergüenzo de eso, España no es mi problema. El problema he sido yo que no he sabido reciclarme, he dejado pasar oportunidades. Así que es posible que me avergüence de mí misma. Pero he intentado hacerlo lo mejor que he sabido, tomando las decisiones que me han parecido acertadas en cada momento. Quizás erróneas, pero ¿quién no se ha equivocado alguna vez?

PD: Este blog permanecerá en pausa durante un tiempo. Necesito centrarme de una vez. Cuando tenga un momento y las ganas, seguiré con él. Gracias por haberme acompañado todo este tiempo.
He tenido la brillante idea de decir hasta luego. La imagen corresponde al concierto de Muse del 7 de junio en Barcelona. Y sí, es mía. Se nota, ¿verdad?


miércoles, 13 de noviembre de 2013

Porque no todo es malo....

Siempre del revés....
Solo puedo darte las gracias. Es lo único que puedo hacer, agradecerte que seas parte de mi vida, dejando a un lado las duras circunstancias. Gracias.

Absolutamente agradecida me siento de que soportes con paciencia lo peor de mí, esos momentos, que no son pocos, en los que parezco enloquecer y en los que afloran los desequilibrios mentales que marcan mi forma de ser. Te doy las gracias por despejar mis dudas, siempre presentes.

Agradezco cuando me alientas, me dices todo lo que valgo con el simple pero efectivo: tú eres LA CHICA. Así, en mayúsculas.

Agradezco, incluso, que te alejes para tomar distancia y perspectiva de las cosas que nos suceden, pero sobretodo agradezco cuando vuelves a mí.

Serían muchas las cosas que me gustaría decirte, las buenas, las que me siguen uniendo a ti. Pero de momento solo puedo darte, de nuevo, las gracias.

lunes, 11 de noviembre de 2013

Rodeando charcos

Antes no era así. No sé qué ha ocurrido, pero antes no era así. Recordar los viejos tiempos con nostalgia se relaciona con empezar a ser un carcamal. Y sé que no soy un carcamal, pero añoro cuando era capaz y me veía capaz de comerme el mundo. Ahora me ahogo en un charco, lo rodeo antes que saltarlo. Antes no era así.

No es la falta de motivación o que no me ilusione por los proyectos vitales que emprendo. Es que a veces me bloqueo. Como ahora. He empezado a escribir presa del pánico, huyendo de un galimatías de acepciones, significados, definiciones... Y me pregunto: ¿qué haces aquí? ¿qué haces?

Foto: Luzrasante
Entonces llega el temor a no llegar al final, a no superar tus propios retos, a no tolerar de nuevo el fracaso y te paralizas. Buscas excusas, centras tu atención en idioteces y adoleces de postergación infinita, porque mañana será un buen día para levantarte aún más temprano, así aprovecharás el día trabajando y estudiando. Pero llega el mañana y trabajas pero no obtienes lo que quieres, estudias pero no terminas de entender algunas cosas y la frustración te atrapa y te incapacita. Solo tienes ganas de salir y gritar por el balcón ven a buscarme y llévame contigo.

Antes no era así. Antes siempre, siempre, siempre tenía la razón.

miércoles, 6 de noviembre de 2013

Para decir esto....

Un mes después de desaparecer sin ni siquiera decir un hasta luego, vuelvo, aunque no sé para qué. Las cosas no cambian demasiado, por no decir nada. Me alegraría decir que todo está mejor, que las cosas van hacia donde tienen que ir, pero no es así en absoluto. La Chica no puede dejar de complicarse la vida.

¿Os habéis preguntado alguna vez si es posible que las personas cambien? Yo pensé que sí, que con los años cambiaría, pero no hay manera. Pero no soy la única que no cambia. Nadie cambia. Evolucionamos un poco, pero a peor. Me explico. Evolucionamos hacia una versión peor de nosotros mismos. Si has tenido tendencia a tener actitudes infantiloides, estas se acenturarán con el tiempo; si eres depresivo, cuanto más mayor, más negativo. Estos son solo algunos ejemplos. No sé, creí que algún día podía cambiar de forma de ser, mas parece imposible.

Y ya no hay nada más que decir...