lunes, 27 de octubre de 2014

Puede

Todos conocemos, aunque no hayamos visto la película, que el amor significa no tener que decir nunca lo siento. Es extremadamente difícil no cometer errores, todos los cometemos. Sobre todo aquellos que creemos poseer la verdad absoluta. Pedir perdón alivia nuestra conciencia y quizá por ello lo hacemos: para sentirnos bien con nosotros mismos. Solo una disculpa sincera merece una respuesta afirmativa.

El que perdona demuestra ser generoso pero solo si olvida. Porque perdonar también puede convertirse en un gesto egocéntrico, para sentir el poder que da ser mejor persona. Olvidar, no sentir rencor, no reprochar es el verdadero acto de amor. Pero eso es lo más difícil y solamente está al alcance de grandes personas. Ni tú ni yo somos grandes personas, somos más bien normalitas, tirando a muy imperfectas, con demasiados defectos. Hasta que no olvidemos no podremos perdonar o incluso dejar de cometer los mismos errores. Quizá algún día dejaremos de decir lo siento.


lunes, 20 de octubre de 2014

Una vez más

Esto no te sonará a nuevo porque lo he dicho tantas veces que hasta parece perder el sentido. Mas como es cierto no me avergüenzo de volver a decirlo: quiero envejecer contigo.
Cumples un año más, lejos, siempre lejos, pero cercano. Y siento no poder estar contigo, me encantaría regalarte mi presencia, por muy ocupado que estés. Sé que para ti es un día como otro porque eres de esas personas que no se fijan en fechas, ni siquiera en las suyas. Quizá el año que viene, como el pasado, pueda estar contigo y empezar a envejecer el uno con el otro, de una vez por todas. 

Te quiero. Feliz cumpleaños. 

domingo, 12 de octubre de 2014

Orgullo patrio

No me importa un pimiento asado berciano lo que pueda pensar la gente de mí, si me importara no tendría amigos de tan distinta forma de pensar. Intento respetar sus ideas, sus creencias, de la misma forma que ellos respetan las mías, muchas veces contradictorias. Porque soy contradictoria y de la misma forma que puedo felicitar la Diada, puedo sentir respeto por aquellas personas que hoy celebran la Fiesta Nacional. 
No tengo por qué justificarme y tampoco es mi intención. Pero hoy para mí es un día especial, seguramente más por motivos afectivos que de sentimiento real. Porque los que realmente me conocen saben que soy apátrida y que mi patria está dónde está mi corazón. En estos momentos mi corazón está lejos. Solo sé que yo estoy aquí, pero mi corazón no me acompaña desde hace un par de días. 
En fin, aunque no me leas, feliz día. Estoy orgullosa de ti, de mi patria, de mi pingüino de penacho amarillo.   
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