miércoles, 22 de abril de 2015

Llámame

Truca'm (pincha para oírla).

"Pero no me llames si una noche sientes que querrías dormir en mi cama o irnos lejos o vivir juntos en un pequeño piso. No me llames, simplemente ven a la playa que ya nos conoce. Me encontrarás quizá leyendo, quizá durmiendo, quizá esperando con el teléfono apagado".

Feliç diada de Sant Jordi sense llibres, sense roses.


domingo, 19 de abril de 2015

De nuevo

Hace tiempo que quise desaparecer. Cambiarme de ciudad, de teléfono y de nombre. Esto último es harto imposible, así que solo quedaban las otras dos. Ya he cambiado de ciudad y estoy a punto de cambiar de número. He creado una nueva identidad con un simple gesto, tan simple que me pregunto por qué no lo hice antes. Sienta bien empezar, de verdad, de nuevo. 

martes, 14 de abril de 2015

Paréntesis

Creo que se me han acabado los temas. Me pasa muchas veces, cuando estoy en aquel periodo de espera (me niego a escribir standby) en el que no pasa absolutamente nada. Nada en absoluto. No hay nada (que no quiere decir que haya algo porque la doble negación no es una afirmación).

Días tranquilos, anécdotas triviales, del trabajo a casa de casa al trabajo, como mucho salir a pasear, hacer algo de deporte (en los días festivos, si no me da por dormir), limpiar, cocinar si tengo tiempo e ingredientes (que no es habitual dada la escasez), leer tres páginas del libro que me he obligado a terminar, escuchar algo de música para no oír el griterío y ya está. Nada más.


No diré que eche de menos los altibajos pero algo de emoción no estaría mal. Así que para no aburrir a las piedras, dejo esto por hoy, entre muchos paréntesis. 

domingo, 5 de abril de 2015

Ojalá fueras tú

Quisiera pensar que ese visitante recurrente, casi diario, eres tú. Me encantaría creer que aún me recuerdas tanto que no hay día que no quieras saber de mí. Me gustaría pensar que lees por encima este blog hasta tres veces al día porque todavía no me has olvidado.

Pero cuando lo creo firmemente recuerdo que es difícil que no me hayas olvidado porque ha pasado demasiado tiempo. Es entonces cuando me digo a mí misma que deje de imaginarme cosas buenas que nunca ocurrirán porque solo se cumplen las cosas malas. Y en eso tengo experiencia. 

Por si fueras tú te diría que sigo siendo un mediocre equipo de media tabla. Me hubiera encantado decirte que he ganado unas oposiciones a las que ni sabías que me había presentado. Pero no. Me he quedado a media tabla. Siento defraudarte. Sigo siendo mediocre. Ya no soy aquella ganadora de la que te enamoraste. Estoy más cerca del colista que de la Champions League. Perdóname.

Suerte que pronto vuelvo a trabajar. Así se me pasarán todas las tonterías.

miércoles, 1 de abril de 2015

Así es la vida

Llega un momento en el que pasas de decirte a ti mismo “así será mi vida” a decirte “así es la vida”. Ese momento llega cuando asumes que tus sueños quizá se han tornado inalcanzables porque las circunstancias han provocado que no puedas llegar hasta ellos. Ese momento de asunción de lo inevitable no conlleva que dejes de soñar, solo quiere decir que ha llegado el día de decir basta a las ensoñaciones y bienvenida a la vida. No hablo de conformismo, que también, porque no conformarse puede acarrear una sensación de fracaso infranqueable. Hablo de asumir que no puede tenerse todo lo que uno quiere y que hay que priorizar.

Ha llegado el momento de asumir que es muy difícil que vuelva a ser periodista y quizá el principal factor no sea la crisis económica o la situación anterior ni las erróneas decisiones tomadas. Quizá el principal factor sea que ya no siento una ilusión especial por volver a ser periodista. Sí, me encantaría, pero si no, no pasa nada. Así es la vida.

También ha llegado el momento de aceptar que nunca escribiré un libro, no porque no quiera, sino porque no tengo suficiente ingenio ni ganas de escribirlo: cuando me pongo a ello solo me salen palabras abominabless y cuentos tristes que no pueden interesar demasiado. Así es la vida.

Finalmente, lo que más me duele es que ha llegado el día de asumir que no voy a tener hijos: no porque sea demasiado vieja ni porque no tenga pareja (que tampoco es necesaria para eso) sino porque ya tengo suficiente con sobrevivir como para arrastrar a una mísera supervivencia a un renacuajo con mis ojos, mi frente, mis manos y mis dedos de los pies e, incluso, mi lunar en el muslo. Bueno, asumir eso es más complicado porque creo que un día, no lejano, las cosas cambiaran, pero no quiero soñar despierta y sufrir después con un nuevo fracaso, así que, así es la vida, muchachos.


Ved “This must be the place”, os la recomiendo. La primera frase de este post es del guión de esa película.