miércoles, 2 de octubre de 2013

Mar

El mar de madrugada asusta. Al fondo los pescadores iluminan su paso con enormes focos que deslumbran hasta la costa. Las olas deshacen ferozmente la arena que horas antes han pisado decenas de caminantes. Esas luces al horizonte no están donde deberían, nadie imagina un mar de madrugada iluminado. El zumbido constante de las olas irrita. Quien dijo que el sonido del mar calma andaba muy equivocado. El sonido del mar enerva, es malicioso. Orion, con mas estrellas que nunca, me observa impasible. De su cinturón pende la espada que deseo me parta en dos antes de que la marea, cada vez mas cercana, inunde mis pies. Tengo miedo, siento pavor. Ese ruido es infernal. 


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