martes, 3 de febrero de 2015

Ser lo que eras...

Nunca estás preparado realmente para una entrevista de trabajo. Las peores son aquellas en las que hay un psicólogo de empresa. Siempre tienes la sensación de que cualquier gesto, mirada, palabra, puede acabar con tus ilusiones. Vas tranquilo a la entrevista, todo lo tranquilo que una situación límite te permite, y te hallas frente a alguien que escudriña tu mente, se te mente dentro y saca lo peor de ti. Acabas siendo demasiado sincero, dices cosas que quizá deberías obviar y acabas siendo un mal candidato. 

Una entrevista de trabajo con un psicólogo es como ir al matadero. No maquillas nada, dices lo que piensas y no sé si la sinceridad es siempre buena. Acabas vendiéndote mal, acabas dando la peor imagen de ti, la que tú mismo tienes, te muestras inseguro, reservado, y aunque clamas al cielo para que alguien diga lo que vales, tú solo te metes en el hoyo, en el pozo. Aunque sepas que eres el candidato ideal, aunque sepas que ese puesto es el tuyo, aunque lo sepas y todos lo sepan y te lo digan, empequeñeces. 

Dices que no es tu mejor momento porque las casi lágrimas en tus ojos de la pregunta anterior así lo predicen, casi lloras en una entrevista de trabajo dejando entrever tu desesperación, tu estado de ánimo, tus ganas de volver a ser lo que eras. Esa es la peor frase: quiero ser lo que era. ¿Qué pensará de ti ese psicólogo de empresa? ¿Realmente necesitas volver atrás para ser lo que eras?

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