viernes, 8 de julio de 2016

Y ella también

Los finales no siempre son amargos, menos cuando nada te coge por sorpresa. Entre otras, tus últimas palabras sonaron a reproche: ¿por qué siempre eres tan negativa, tan desconfiada? Ya ves, he vuelto a tener razón. Una vez más he de darte las gracias por darme el final que a mí no se me ocurría. El círculo se cierra de la misma manera que se abrió: con infidelidades de por medio. Quizá solo sexuales, seguramente emocionales. Lo que mal empieza, mal acaba.

Dicen que quien sufre una infidelidad suele ser el último en enterarse. Esta vez creo que he sido la primera. Ya sabes, la curiosidad mató al gato. Ese instinto de autoprotección que me lleva a controlarlo todo. Ese instinto que pocas veces me ha fallado y esa foto a mala baba, publicada a conciencia, fuera de tu alcance pero consentida, con tu beneplácito, sí, hazlo, no me importa, que triunfe el amor, han dado la estocada final. Y esta vez volver a tener razón me ha dolido pero menos, ni siquiera he llorado, quizá por ello he vuelto aquí, a escribirte, tras dos meses de silencio.

He de reiterarte las gracias, me has dado el impulso necesario para empezar y terminar aquello que tú no confías que haga. Ahora he de vivir. Y he dejar de escribirte para escribir a otros. A lo mejor algún día salgas en los agradecimientos. Y ella también. 

1 comentario: