jueves, 28 de marzo de 2013

Paranoias

Hubo una vez que estuve cuerda. Era feliz y despreocupada. No estaba pendiente del teléfono más que para cuestiones laborales. No miraba la pantalla cada media hora para asegurarme de que alguien en particular se había conectado. También es cierto que no existía Whatsapp. ¿Puede haber aplicación más peligrosa? Sí, es muy útil, permite enviar mensajes instantáneos gratuitamente, pero para los que tenemos tendencia a cuestionarlo todo, a desconfiar de todo el mundo porque antes nos han engañado, se convierte en una arma muy eficaz para controlar. Y eso es vivir al límite. Al límite de la locura.

Me volví paranoica un día, un día de repente me volví paranoica y desde entonces solo hizo que aumentar esa sensación de que me la estaban pegando. Tampoco estaba tan equivocada. No era un engaño de manual. No me ponía los cuernos. Tan solo me decía que me quería, pero no era verdad. Lo peor es que ese alguien fue el que me convenció de que soy una paranoica y me lo acabé creyendo, y de tanto que me lo creí acabé presa de los celos y los delirios, creando una realidad paralela muy poco lógica, de enredos y maquinaciones. Pero, en definitiva, mi paranoia tenía una razón de ser, aunque apuntara en la dirección equivocada. 

Pero pongamos una nota de humor al asunto:  

 

 Es "Doble Check", corto finalista de la X edición del Notodofilmfest.

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