lunes, 11 de noviembre de 2013

Rodeando charcos

Antes no era así. No sé qué ha ocurrido, pero antes no era así. Recordar los viejos tiempos con nostalgia se relaciona con empezar a ser un carcamal. Y sé que no soy un carcamal, pero añoro cuando era capaz y me veía capaz de comerme el mundo. Ahora me ahogo en un charco, lo rodeo antes que saltarlo. Antes no era así.

No es la falta de motivación o que no me ilusione por los proyectos vitales que emprendo. Es que a veces me bloqueo. Como ahora. He empezado a escribir presa del pánico, huyendo de un galimatías de acepciones, significados, definiciones... Y me pregunto: ¿qué haces aquí? ¿qué haces?

Foto: Luzrasante
Entonces llega el temor a no llegar al final, a no superar tus propios retos, a no tolerar de nuevo el fracaso y te paralizas. Buscas excusas, centras tu atención en idioteces y adoleces de postergación infinita, porque mañana será un buen día para levantarte aún más temprano, así aprovecharás el día trabajando y estudiando. Pero llega el mañana y trabajas pero no obtienes lo que quieres, estudias pero no terminas de entender algunas cosas y la frustración te atrapa y te incapacita. Solo tienes ganas de salir y gritar por el balcón ven a buscarme y llévame contigo.

Antes no era así. Antes siempre, siempre, siempre tenía la razón.

No hay comentarios:

Publicar un comentario