viernes, 28 de junio de 2013

NO amigos, amigos a medias

No voy a descubrir nada nuevo si digo que el concepto de la amistad o del amor están sobrevalorados. Hoy día aún más, teniendo en cuenta que acumulamos “amigos” en las redes sociales con más facilidad que con la que acumulamos dinero (eso no tiene mérito, acumular dinero en estos momentos es difícil; errónea comparación). A lo que íbamos. No voy a responder a la pregunta: ¿Qué es un amigo? Para eso ya están las citas de autores y las cursiladas que circulan por Internet.

Ejemplo de cita cursi sobre la amistad...

Lo que sí he descubierto es lo que NO es un amigo. No es un amigo aquel que no da lo que recibe. Tal cual. Simple. Directo. Breve. Desolador. Es una idea casi materialista de la amistad. Bien es cierto que debemos dar sin recibir a nada cambio y que en eso se fundamentan muchas chorradas sentimentaloides. Sí, es cierto, dar sin esperar a recibir. Eso es lo que deberíamos ser las almas cándidas y puras. Pero no. Para recibir hay que dar y si das hay que recibir. Si doy amor incondicional, en lo bueno y en lo malo, he de recibir amor incondicional, en lo bueno y en lo malo. Y un NO amigo es aquel que recibe pero no da. Punto.

En las situaciones difíciles realmente difíciles, en aquellas en las que está en juego tu bienestar psicológico y físico (causado por lo que sea: motivos económicos, enfermedad, etc) afloran los NO amigos. El NO amigo desaparece. No te llama, no te escribe, no te ve, no te oye, no está, no estás. El NO amigo que recibió amor, comprensión, preocupación, aliento, ánimo cuando lo pasó mal, no da nada cuando tú lo pasas mal. El NO amigo no quiere saber cómo estás.

Pero no nos olvidemos del amigo a medias. El amigo a medias es una especie, como su nombre indica, entre el amigo y el NO amigo. Es aquel que sí pregunta cómo estás, pero no escucha ni atiende cuando lo explicas, es decir, aquel que pregunta cómo estás para explicarte acto seguido cómo está él.

Seamos sinceros ahora. Yo he sido NO amiga, amiga a medias y amiga. Todos lo hemos sido alguna vez. Y lo seguiremos siendo.

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