miércoles, 26 de junio de 2013

Oferta de trabajo

Vas a comprar el pan y ves un anuncio pegado en el escaparate de la panadería. Un anuncio oficial. El ayuntamiento de tu pueblo ha recibido una OFERTA de trabajo destinada a jóvenes de entre 18 y 35 años empadronados en el municipio. Te dices, calla, que das el perfil exigido (aún no he cumplido los 35 y estoy empadronada). Coges tu currículum bonito y bien redactado y te diriges a las oficinas municipales, un tanto mosqueada porque no sabes de qué trabajo se trata. Pero como no tienes trabajo, no piensas perder la oportunidad. Una vez allí, preguntas al funcionario de turno de qué es la OFERTA de trabajo. Y sin tapujos te espeta que no lo sabe, que el ayuntamiento no sabe de qué trabajo se trata.

¿Perdón? Te preguntas. ¿Cómo una institución pública puede dar publicidad de una oferta de trabajo sin saber de qué puesto se demanda? ¿Cómo un organismo oficial puede publicitar una oferta que igual es una estafa? ¿Quién me asegura que no es más que una estratagema para obtener mis datos personales con fines comerciales? Te preguntas todo eso pero como aún confías en la administración, dejas tu currículum, como aún esperas que alguien te dé una oportunidad ni que sea para trabajar en un prostíbulo, dejas tu currículum. Cruzas los dedos para que te llamen y no tengas que decir que no.

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