Alguien debería enseñarnos qué hay
que hacer cuando alguien va a morir. No sé quién. Pero deberían
enseñarnos, no sólo a afrontarlo, si no a saber qué pasos hay que
seguir. Alguien debería contarnos, además, cómo se le dice a un
ser querido que va a morir. Qué palabras hay que utilizar, qué
gestos usar, qué cuestiones eludir, en qué momento decírselo y
cómo. El médico solo ha sido sincero conmigo a solas, escudándose
en que ella no parece haberlo asumido. Un médico debería tener el
valor de decirle a un paciente la verdad, por dolorosa que sea. Pero
el familiar directo es el último responsable y en el caso que nos
ocupa, esta que os escribe es la familiar directa. Y no sé cómo
decírselo. Hace días que lo sé y me he guardado toda la mierda
para que ella no se dé cuenta. Pero se acerca el fin y he de ser
honesta con ella y conmigo misma. Pero, ¿cómo se lo digo?
LOS ÚLTIMOS DÍAS (II)
Me pregunto a veces por
qué caminos le lleva Morfeo, cuando el cansancio y los opiáceos
provocan que cierre los ojos calmada. Qué soñará, si es que sueña,
a dónde irá su mente, si se dirige a alguna parte. Mientras velo,
en soledad, me pregunto estas cosas. Prefiero preguntarme si es feliz
en los sueños, más de lo que lo ha sido en vida, antes que
preocuparme de lo que pasará mañana. Espero que sea feliz en el
trance de la fase REM. Que esté contenta, que recuerde buenos
momentos o cree nuevos instantes de alegría. Es lo único que
importa ahora.
LOS ÚLTIMOS DÍAS (III)
Ver con tus propios ojos
que quien te dio la vida se siente culpable de amargártela por algo
que no puede controlar. Eso es lo más duro. No es el agotamiento, la
paciencia extrema (que en mi caso no es demasiada, puesto que siempre
tuve un carácter bastante estúpido) o comprobar que se te va. Lo
más duro es constatar que ella es consciente de ello, de que el
tiempo se acaba, y encima se siente culpable. Sentirse culpable nos
viene de familia, por lo que veo. Tanto de lo que depende de nosotros
como de lo que no. Y se siente culpable de no ser la de antes y cree
que me arrastra hacia su ciénaga de forma inexorable. Pero no sabe
que no hay culpas, no hay culpables. Estaré a su lado porque es
donde quiero estar, no por obligación filial. Es donde quiero estar
ahora.
La luna de junio, para mi mami |
LOS ÚLTIMOS DÍAS (IV)
No he podido hacerlo. No
he tenido el valor. Ver que sigue luchando me quita las ganas de ser
honesta y sincera. Me duele no decirle la verdad, pero prefiero verla
así, con empuje, aunque sea escaso, para seguir viva. Ahora que el
dolor parece un poco controlado, es hora de controlar los delirios y
las alucinaciones. Ajena a esta cruda realidad, creí que la morfina
la mantendría dormidita y no tendría demasiados efectos
secundarios. Pero me equivocaba. Confunde sueños con realidad,
recuerdos con fantasía, se preocupa por cosas que solo pasan en su
mente. A veces, sus delirios me hacen reír, pero son las pocas.
Normalmente resultan preocupantes. Ayer, a mitad del almuerzo empezó
a llorar y a pedirme perdón porque no me había felicitado por mi
santo. Mi santo fue hace un mes y sí, me había felicitado. Estaba
compungida, sintiendo una culpabilidad extrema por algo que no había
hecho. Pocas horas después, tuve que salir para hacer la compra. En
cuanto llegué me dijo que había pasado esos tres cuartos de hora
pensando que me habían hecho algo malo, convencida de que estaba
mal, que alguien me había dañado. Es la hora del Haloperidol para
controlar esos brotes psicóticos. Nunca antes había conocido tantos
medicamentos.
Hace tiempo que no leía algo tan conmovedor, tan honesto y paralizante, algo tan por encima de la mejor aserción que cualquier premio Nobel pudiera componer. No resulta nada fácil mostrar honestidad cuando el cieno cubre tus pulmones y quema tu gargánta. Tal vez no es el mejor de los escenarios para tí, chica enrevesada, pero te animo a seguir con la pluma sobre el papel, los que son como nosotros encuentran en esto un buen desagüe, algo que permita vaciar y verter el agua nueva.... Un saludo, ¡y a remontar!
ResponderEliminarGracias por tus palabras. El papel siempre ha sido mi desagüe como dices.... y lo sigue siendo.
ResponderEliminarSaludos y ¡Feliz Año!