Tengo las entrañas congeladas.
Son astros inalcanzables envueltos en
un halo de luz.
Las mariposas corretean y los buitres
esperan pacientes.
Soy de la generación de perdidos,
perdida en la inmensidad de tus ojos.
Sólo pienso en poner fin a mis días y
temo llevarlo indefectiblemente a cabo.
Asoma un rayo por mi ventana que me
despierta de los sueños infelices.
En ellos solamente apareces tú desnudo
a mi vera.
De los felices ni te cuento porque
nunca me acordé de ellos.
Tiñes el cielo de nubes negras.
Llueve en torrentes de pasiones sin
sentido.
Te busco en el horizonte infinito.
Te encuentro encerrado en un minúsculo
habitáculo.
Te pierdo.
Me convenzo de mis actos, me arrepiento
de ellos.
Te siento tan lejos que ni te veo, ni
recuerdo tu hermoso rostro.
Ese rizo en la frente. Esos malditos
ojos negros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario