miércoles, 24 de abril de 2013

Demasiadas adicciones

Dos días sin tabaco. Los días más largos de su vida (exagerando hasta la extenuación). Dos días a dieta, más largos que un día sin pan (en eso consisten las dietas, fuera hidratos, dulces, grasas, etc). Dos días sin hablar con él (¿Sí? ¿Seguro?). Demasiadas adicciones a dejar en un mismo momento.

A los 17 años, antes de empezar el COU (eso que antes se hacía para ingresar en la universidad y que consistía en un curso a elegir entre: ciencias puras, ciencias mixtas, letras puras, letras mixtas) decidió que debía perder peso. Desde siempre había sido una niña entrada en carnes, de buen comer, no obesa, pero con sobrepeso, para qué negarlo. La adolescencia la pasó con más pena que gloria, con algunos episodios que hoy día se calificarían de mobbing pero que en aquel entonces se aguantaban con toda la dignidad posible, muchas lágrimas y un fortalecimiento interior increíble. Pero llegaba COU y luego la universidad, y quería estar guapa. Sí, una también era superficial. Así que aquel verano antes del COU dejó de comer. Empezó una dieta recomendada por un endocrinólogo que se saltó a la torera a la primera de cambio. Si la dieta era de 1.500 calorías, consumía, a lo sumo, 1.100, eso cuando las consumía. Compró una cinta de VHS (sí, vídeo, ¿lo recordáis?) con ejercicios aeróbicos (lo que hoy sería el zumba) y cada día hacía la hora y media de ejercicios recomendados. En poco tiempo perdió 20 quilos. ¿Y lo mona que estaba? 

Con el tiempo, pero, se dio cuenta que su metabolismo le jugaba malas pasadas, tenía tendencia a engordar. Y la comida a veces era como una droga: en momentos de ansiedad, le daba por comer (dulces, salados, lo que fuera). Cuando empezó a fumar, cambió una adicción por otra y si alguna vez engordaba, fumaba más para no comer. Pero no siempre funcionaba, así que admitió que tenía dos adicciones.

Años más tarde llegó él: ni dejó de comer, ni dejó de fumar. Tenía tres adicciones. Y ahora las quiere cortar todas de raíz. Se encomienda al santo, santero o quien fuera que le dio fuerzas a los 17 años para tener la voluntad necesaria para dejar de comer en exceso, dejar de fumar y dejar de hablarle. Y es por eso que se pregunta: ¿no son demasiadas adicciones a abandonar en un mismo momento?

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