Dos días sin tabaco. Los
días más largos de su vida (exagerando hasta la extenuación). Dos
días a dieta, más largos que un día sin pan (en eso consisten las
dietas, fuera hidratos, dulces, grasas, etc). Dos días sin hablar
con él (¿Sí? ¿Seguro?). Demasiadas adicciones a dejar en un mismo
momento.
A los 17 años, antes de
empezar el COU (eso que antes se hacía para ingresar en la
universidad y que consistía en un curso a elegir entre: ciencias
puras, ciencias mixtas, letras puras, letras mixtas) decidió que
debía perder peso. Desde siempre había sido una niña entrada en
carnes, de buen comer, no obesa, pero con sobrepeso, para qué
negarlo. La adolescencia la pasó con más pena que gloria, con
algunos episodios que hoy día se calificarían de mobbing pero que
en aquel entonces se aguantaban con toda la dignidad posible, muchas
lágrimas y un fortalecimiento interior increíble. Pero llegaba COU
y luego la universidad, y quería estar guapa. Sí, una también era
superficial. Así que aquel verano antes del COU dejó de comer.
Empezó una dieta recomendada por un endocrinólogo que se saltó a
la torera a la primera de cambio. Si la dieta era de 1.500 calorías,
consumía, a lo sumo, 1.100, eso cuando las consumía. Compró una
cinta de VHS (sí, vídeo, ¿lo recordáis?) con ejercicios aeróbicos
(lo que hoy sería el zumba) y cada día hacía la hora y media de
ejercicios recomendados. En poco tiempo perdió 20 quilos. ¿Y lo
mona que estaba?
Con el tiempo, pero, se
dio cuenta que su metabolismo le jugaba malas pasadas, tenía
tendencia a engordar. Y la comida a veces era como una droga: en
momentos de ansiedad, le daba por comer (dulces, salados, lo que
fuera). Cuando empezó a fumar, cambió una adicción por otra y si
alguna vez engordaba, fumaba más para no comer. Pero no siempre
funcionaba, así que admitió que tenía dos adicciones.
Años más tarde llegó
él: ni dejó de comer, ni dejó de fumar. Tenía tres adicciones. Y
ahora las quiere cortar todas de raíz. Se encomienda al santo,
santero o quien fuera que le dio fuerzas a los 17 años para tener la
voluntad necesaria para dejar de comer en exceso, dejar de fumar y
dejar de hablarle. Y es por eso que se pregunta: ¿no son demasiadas
adicciones a abandonar en un mismo momento?
Força de voluntat i molts i molts ànims!!!!
ResponderEliminarYeaaaah!!!!! Gràcies!!!
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